Nada más importante que tomar distancia de un acontecimiento para comprenderlo mejor. Nada más sugerente que la magia contenida en los relatos, breves, a veces muy breves, que estimulan más cuanto más espacio dejan a nuestra capacidad de fabular.
De pequeños aprendemos a comprender nuestro entorno, a usar la imaginación, el valor de los sueños, a construir nuestro mundo, incluso normas de educación y de convivencia, a través de cuentos y metáforas. Aprendemos modelando personajes, imaginando situaciones, creando nuestros propios gustos y recursos. Desde este punto de vista la conexión de la metáfora con el Coaching, la Programación Neurolingüistíca y la Hipnosis es más que evidente. La metáfora nos reencuadra de una manera natural, suavemente, liberándonos de cualquier estado que nos bloquee o preocupe.
En lenguaje metafórico cualquier idea o acontecimiento se llena de imágenes que nos evocan multitud de emociones, con la metáfora podemos vivir tanto un viaje interno como dar la vuelta al mundo a modo de un Gulliver novelado por Jonathan Swift. Accedemos a un infinito mundo de posibilidades creado, recreado y generando el hechizo de nuestros inexplorados universos internos, dotándonos de mayor claridad y sabiduría. Leonard Shlain en su libro “El alfabeto contra la diosa” describe la metáfora como “ la contribución única del hemisferio cerebral derecho a la capacidad lingüística del hemisferio cerebral izquierdo» nos dota, así, de equilibrio y conexión interna a un nivel profundo.
Cuando disfrutamos de la magia de los relatos nos estamos haciendo un regalo de proporciones increíbles y desconocidas, nos estamos regalando gotas de magia en forma de oportunidades de crecimiento, transformación y fascinación envueltas en palabras, unos instantes que pueden marcar un antes y un después en nuestras vidas y proyectarnos a la exploración más trascendente de estados posibles. Es además un regalo que viaja en el tiempo que puede venir de muchos siglos atrás, de otras culturas y otras lenguas. Un mensaje sin edad ni tiempo que, sin embargo, tiene una vigencia absoluta. Lo que crees creas y lo que creas te construye. ¡Feliz buena vida!