Sincronízate y vivirás eficazmente tu presente, eso es sacarle el jugo a la vida. Si nuestra relación entre pensamiento y acción fuese mucho más fluida y menos inestable, si esta relación se produjera de manera sincronizada y natural, nuestra vida en general y nuestras decisiones en particular serían más fáciles, más eficaces y, sobre todo, nos acercaríamos exponencialmente a la buena vida.
Se ha calculado que un 70% de nuestro tiempo lo empleamos en pensar en cosas diferentes a las que estamos haciendo. Seguramente si a partir de ahora hicieras una marca en un papel cada vez que te descubrieras pensando en cosas distintas a las que estás haciendo en ese momento, al final del día te sorprenderías de la cantidad de energía que has desperdiciado, del cansancio que produce divagar por lo innecesario y del sobre esfuerzo que necesitas para ser eficiente. ¿Te atreves?
Tu atención dividida, divide tus posibilidades, te quita eficacia, te resta equilibrio y no te deja realizar ninguna de las acciones imprescindibles para que la armonía que llevas dentro te ayude en tu vida diaria, en tus decisiones y en tus acciones. Sumar es imprescindible para conseguir tus propósitos. Sumar tu atención y tu esfuerzo, tus capacidades y tu energía, sumar pensamientos y acciones, coordinarte contigo mismo para que tu vida diaria sea mucho más fructífera. Así, sumas satisfacción y restas angustia y frustración. Y ten en cuenta que sumar no es acumular indiscriminadamente, es ordenar, priorizar y vivir plenamente cada instante de tu vida, saboreándolo, disfrutándolo y abriendo los sentidos a lo que sucede y, normalmente, no nos damos cuenta que sucede.
Aunque no lo sepamos nuestro cerebro es complaciente. Como tendemos a darle muchas vueltas a las cosas y generar una y otra vez las mismas emociones y angustias, por cierto, altamente adictivas, él se cree que eso es lo que nos satisface y se pone manos a la obra, nos recuerda una y otra vez lo que en realidad nos angustia.
Realmente crees que darle muchas vueltas a las cosas, a tus actos, ¿te reporta beneficios? Si observamos el comportamiento de las personas con las que tenemos contacto y de nosotros mismos, probablemente deduciremos que no. Angustiarnos por analizar las mil y una aristas de cada una de nuestras acciones y, aún más, de lo que percibimos como obligaciones (tengo que… voy a…) nos lleva al estancamiento, a lo que comúnmente se denomina “parálisis por análisis” y nos arrastra a la otra orilla, la que nos aleja progresivamente del cumplimiento de nuestros objetivos y desvanece nuestros sueños.
¿Cómo estructuras tus acciones? ¿Es probable que planifiques demasiado? Cuando creemos que actuamos sin pensar nos sometemos a un vértigo que nos marea y nos encoje el estómago. Seríamos capaces de realizar las mismas acciones estableciendo unos porcentajes adecuados en función de nuestras expectativas y de nuestros objetivos. Tomar la acción pensada en el momento oportuno nos sube la producción hormonal de la satisfacción, el vértigo de la montaña rusa que tenemos interiorizado se dosifica y ganamos bienestar y placer.
Vive cada instante plenamente porque es único, cada momento es una oportunidad para acercarte a tu yo ideal. Y, sí, tu yo ideal existe, está dentro de ti, si lo dejas salir…si le prestas atención. Vive cada minuto como lo que es, único. Esto es sacarle el jugo a la vida.
Coaching es vida, ¡Feliz buena vida!
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